Diosa Mujer

domingo, 27 de febrero de 2011

La Voz de la Diosa que hay dentro de Ti

“Dentro de toda mujer, incluso de la más reprimida, alienta una vida secreta, una fuerza poderosa llena de sabiduría eterna, de buenos instintos, creativa y apasionada”
Clarissa Pinkola Estés
No es novedad decir que en la actualidad, la mujer se enfrenta a una serie de tareas que le demandan ser tan “exitosa” en la casa como en la oficina, tan “buena” madre como amante. Por generaciones, las mujeres hemos tenido que enfrentarnos a la vida tratándole de mostrar a todos, e incluso a nosotras mismas, que podemos ser “todologas” de calidad, sacrificando muchas veces lo que necesitamos y queremos en nombre de lo que debemos ser.

Las mujeres, hemos luchado como género por la igualdad con los hombres, sin darnos cuenta que por lo que luchamos fue por convertirnos en hombres, no en que se respetara lo femenino. La idea de lo femenino se ha ido desgastando en patrones de conducta y pensamiento, en una competitividad y fuerza desde lo masculino.

La feminidad se va desangrando a raudales al considerar que la mujer que se queda en casa al cuidado de sus hijos y “no trabaja” no hace nada, que aquella mujer que se atreve a decir que no quiere tener hijos es mala, que las chicas de hoy tienen que sepultar su deseo de ser protegidas y cuidadas, quizá hasta mantenidas, pues esta prohibido no desear “superarse”, etc. A lo largo de los años, no nos hemos dado cuenta que una mujer saca fuerzas de su amor, que las decisiones que no toma desde el corazón, no valen la pena de seguirse, que el cuidado y la protección comienzas desde el amor a una misma y la compasión por los que nos rodean. Nos hemos dedicado a competir con los hombres, sin saber ya ni los unos ni los otros, cuál es nuestro papel y nuestra responsabilidad por ser cocreadores en este mundo.

Por siglos hemos cayado la voz interior que nos dice que es ser mujer y dar gracias por ello. En el correr y correr del día a día, hemos dejado de escucharnos,  dejando que nuestra mente y corazón se llenen de ruido externo, de demandas y exigencias que muchas veces no podemos cumplir, y otras, las llevamos a cabo a costa de nuestro bienestar. A esa voz interna se le conoce como intuición y en la antigüedad se le reconocía como la Voz de la Diosa que está dentro de Ti.

En la antigüedad, las personas aprendían cuál era su rol en el mundo a través de los mitos, que más allá de ser una historia inventada, son preceptos de  vida, enseñanzas de nuestra conciencia colectiva, que desgraciadamente nuestro orgullo prefiere ignorar, como si fuera algo que en la actualidad ya no tienen nada que ver con nosotros, pero en nuestro inconsciente, habita un deseo y anhelo de recobrarlo, porque está seguro que cada leyenda guarda las enseñanzas de todas las mujeres y hombres sabios de la humanidad.

Recrear el mito es traer a nuestra vida una guía probada para estos tiempos en los que nos sentimos perdidas. Los mitos nos dicen que antes, existían Dioses y Diosas que con sus errores y virtudes habían creado al mundo, intervenían en los designios de sus hijos (los seres humanos) y aunque no podían morir, a veces eran castigados. Se parecían tanto a los hombres y mujeres, que en sus vidas podemos, incluso hoy, identificarnos con ellos, tener un asesor de cabecera que nos oriente a ver que pasa más allá sí seguimos por el mismo camino y que nos sugieren para tener una vida más plena.

La invitación está abierta, no importa que nombre le demos: Yin, María, Gaia, Isis, Sofía, Tonantzin, Tara… desde que mito la honremos o el ritual que le ofrezcamos. La Diosa está presente en el ser de cada mujer y cada hombre, sólo hay que poner atención y escucharla porque Ella habla en todas las lenguas y de todas las formas. Porque conoce el lenguaje del corazón.

Siéntate en círculo, honra a las personas que están y comparten contigo, elige de qué Diosa quieres hablar, permítete conocer su historia, su Mito, y deja que la intuición hable por ti. Escucha la voz de la Diosas antiguas y despierta la sabiduría que por siglos las mujeres hemos compartido y al final te aseguro que sentirás que es como estar frente a ti misma y ofrecerle un bálsamo a tú ajetreado corazón compartiendo con la persona que más te conoce y quiere. Entrégate al camino que Ella te guía y actúa conforme al principio femenino y ayúdanos a cumplir con el designio que como mujeres tenemos como género: Promulgar la paz, acompañar, consolar y dar amor, reafirmando a cada paso nuestro compromiso con la vida.

2 comentarios:

  1. ay!!! siento que me leo... no sé por qué, jeje es muy rico saber que ya voy más allá k pa'ca! bess

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  2. Tlazohkamati Indirha, una somos todas. Un abrazo

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